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Diarios de Fútbol – Cuando Raúl dejó de ser Raúl
Raúl, un nombre tan corto como polémico. Raúl se ha convertido en el debate futbolístico del madridismo junto al debate Capello-Schuster. No hay vuelta atrás, o se defiende a ultranza al capitán o se le destierra a la más cruel crítica. El artículo de referencia escrito por Borja Barba nos habla de alguien que admiró a Raúl, que le defendió y que ahora no encuentra más remedio que, como dice en sus palabras, claudicar.
Para mi Raúl significa mucho, ha sido el gran mito que he visto crecer en mi equipo y además, durante años fue la referencia del mismo. Eran los años del “Raúl Madrid”, aquel equipo entre el primer año de Capello y la llegada de Florentino, que tuvo su momento culminante con la Octava. Eran años donde Raúl era simplemente el jugador. Con la llegada de las nuevas figuras Raúl mantuvo el nivel hasta que el equipo en general bajó y Raúl siguió esa línea. Nunca ha vuelto a ser el de antes. Su momento más negro, la temporada 2005/2006, donde se lesionó de gravedad y estuvo meses sin actuar en condiciones con el equipo.
Sin embargo, Raúl siempre ha sido indiscutible en el equipo, a pesar de la llegada de nuevos jugadores y de su evidente bajón. Esta circunstancia es la que más calienta el debate. Yo siempre he sido de Raúl y no me veo haciéndole una crítica feroz. Es tanto el respeto que le tengo que no puedo empezar a despotricar ante la esperanza de que vuelva a ser el que fue, aunque cada día es más difícil.
Y es que por mi cabeza ya lleva pasando un tiempo en que no creo que Raúl deba ser titular indiscutible. Aun así, prefiero que siga en el club, pero con otro rol, si es que alguien que cobra lo que cobra Raúl puede tener ese rol. Debe ser un delantero que aporte experiencia en momentos determinados y que se tenga que ganar el puesto en cada partido. Ahora el Madrid busca un nueve y resulta que el que sobra es Soldado. No quiero que sobre Soldado, el jugador que menos oportunidades ha tenido.
Conclusión, no hay que poner a jugar al “antiguo” Raúl, hay que hacer jugar al “nuevo” Raúl, el que no se ha ganado ser titular indiscutible, pero que puede ser útil para el equipo. Y es que uno sigue siendo algo “raulista”.
Saludos.
Fotografía de elaleph.com
Etiquetas: raul, se-habla-de
5 Comentarios
Recuerdo un post que hice sobre Raúl en el Mundial pasado. Yo me declaro un Raulista, pero queriudo Pablo J., la edad no pasa en vano y pese a que Raúl no está viejo, lleva muchos años en el exigente fútbol de élite. Física y mentalmente es un jugador de 35 años. Creo compañero, que lo mejor que podría hacer Raúl es decirle a Schuter que lo trate como un juvenil. Me parece que sólo así podrá volver a ser, al menos durante algunos partidos, el que fue.
Le leí a Marquinos y a Nicolás de Futbolitis que Raúl había marcado 39 goles en los últimos 156 partidos. Con estos datos, yo no tengo nada más que decir.
Si tenemos en cuenta que Raúl era un killer, un cazagoles..¿Cuál es la premisa de Raúl en el Real Madrid? ¿Construír? ¿Pelear? ¿Robar balones? ¿Sólo presionar?
Pablo, es que hablamos de un tío que lleva 13 años al máximo nivel. Y claro, a los 10, o sea, que lleva 3 missing, ya era el mismo. Sin rotaciones, y tirando del carro, se ha quedado sin gasolina. Yo también fui Raulista, pero hoy por hoy con él jugamos con 10. Se ha agarrado a su contrato para no marcharse.
Un abrazo.
Pues yo creo que por muy raulista que seamos, que yo lo era, hay que reconocer que este Raúl ya no tiene cabida en el Real Madrid, o al menos por el momento. Está bajo de forma, no llega a ningún balón, se le nota pesado, no ahora en pretemporada sino durante toda la pasada. Raúl es un hombre de equipo y seguro que hará más labor de vestuario y en el banquillo que en el terreno de juego. El Madrid con Raúl en el campo juega con diez.
Saludos amigo.
Efectivamente creo que Ra�l debe ocupar otro rol en el Real Madrid, pero coincido contigo en que el capit�n debe estar todav�a en esta plantilla.
Yo nunca he sido Raulista, nunca me pareci� Maradona pero ahora tampoco me parece que sea Emerson jejeje. Ni una cosa ni la otra...
Un beso.
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