Pempi - Octubre
Como cada dos meses, aquí os dejo mi artículo en la revista PemPi, de la Peña Madridista de Pineda de Mar, en Barcelona. Espero que os guste. Aprovecho para recomendar el blog de la misma peña, para aquellos que quieran intercambiar ideas.
La clave de esta salida del nuevo Real Madrid es la paciencia. Pedir paciencia en estos momentos es declarar, aunque sea indirectamente, que aun no estamos bien. Es evidenciar que no nos gusta nuestro juego, que no creemos que pueda cambiar la situación. La paciencia es ahora pedir esperanza para un futuro, es intentar mantener una ilusión por un presente que no ilusiona. Se exige al socio y al aficionado que aun no exija, porque nuestro equipo no es para ahora, es para un futuro que llegará con paciencia. Porque si se hubiera empezado bien no se pediría paciencia, sería la esperanza presente y la única esperanza que cabe dentro de la paciencia es la esperanza futura.
Ahora debemos ser pacientes, cuando antes de comenzar éramos unos impacientes, aficionados que no podíamos esperar a volver a ver a nuestro equipo. Impacientes por querer volver a disfrutar, de sentirnos otra vez como la referencia futbolística del mundo. Fuimos impacientes cuando cambiamos de presidente. Impaciencia que desembocó en unas elecciones donde tuvimos que ser pacientes con los candidatos, donde aun seguimos siendo pacientes a pesar de sentir de que han utilizado la imagen del club y lo que es más grave, que han utilizado a sus aficionados. Estamos impacientes porque hemos tenido que tomarnos con paciencia estar varios años sin nada, sin ilusiones cumplidas, sin motivos para sentirnos orgullosos. Nos hemos dejado arrastrar por una ola decadente de forma paciente, quizás demasiado paciente. Y aun así nos llaman impacientes. Porque la paciencia debe ir incluida en el sentimiento hacia nuestro equipo. Nadie me pide que tenga que tener ese sentimiento así que nadie debe pedirme que sea paciente.
Porque la diferencia entre ser pacientes e impacientes es menor de lo que podemos imaginar. No debemos ser pacientes, porque estamos en condiciones de no serlo. Porque hablamos de un club con una historia que nos permite no serlo, porque llevamos años en que no estuvimos a la altura, porque se ha pagado un dinero que no entiende de paciencia, porque incluso hemos pasado por unas elecciones donde aun no sabemos en que nos ha beneficiado. Pero tampoco debemos ser impacientes, porque somos un club que no se puede dejar llevar por el momento, porque puede provocar que creamos tener una solución y se convierta en un problema, porque el club también es humano y porque la euforia y la depresión no son buenas consejeras.
Es muy fácil prometer un futuro mejor, algo indemostrable en el presente. Y es aun más fácil cuando el momento es malo, pues parece que no puede ser peor. Porque junto a la paciencia siempre existe una promesa de una mejora. Mal momento para prometer, porque ya nos han demostrado que las promesas no valen nada. Y si esta promesa tampoco vale, no vale la paciencia.
El club nos pide que seamos pacientes, pero el único paciente que existe aquí es el propio club. Hay que curarle.
La clave de esta salida del nuevo Real Madrid es la paciencia. Pedir paciencia en estos momentos es declarar, aunque sea indirectamente, que aun no estamos bien. Es evidenciar que no nos gusta nuestro juego, que no creemos que pueda cambiar la situación. La paciencia es ahora pedir esperanza para un futuro, es intentar mantener una ilusión por un presente que no ilusiona. Se exige al socio y al aficionado que aun no exija, porque nuestro equipo no es para ahora, es para un futuro que llegará con paciencia. Porque si se hubiera empezado bien no se pediría paciencia, sería la esperanza presente y la única esperanza que cabe dentro de la paciencia es la esperanza futura.
Ahora debemos ser pacientes, cuando antes de comenzar éramos unos impacientes, aficionados que no podíamos esperar a volver a ver a nuestro equipo. Impacientes por querer volver a disfrutar, de sentirnos otra vez como la referencia futbolística del mundo. Fuimos impacientes cuando cambiamos de presidente. Impaciencia que desembocó en unas elecciones donde tuvimos que ser pacientes con los candidatos, donde aun seguimos siendo pacientes a pesar de sentir de que han utilizado la imagen del club y lo que es más grave, que han utilizado a sus aficionados. Estamos impacientes porque hemos tenido que tomarnos con paciencia estar varios años sin nada, sin ilusiones cumplidas, sin motivos para sentirnos orgullosos. Nos hemos dejado arrastrar por una ola decadente de forma paciente, quizás demasiado paciente. Y aun así nos llaman impacientes. Porque la paciencia debe ir incluida en el sentimiento hacia nuestro equipo. Nadie me pide que tenga que tener ese sentimiento así que nadie debe pedirme que sea paciente.
Porque la diferencia entre ser pacientes e impacientes es menor de lo que podemos imaginar. No debemos ser pacientes, porque estamos en condiciones de no serlo. Porque hablamos de un club con una historia que nos permite no serlo, porque llevamos años en que no estuvimos a la altura, porque se ha pagado un dinero que no entiende de paciencia, porque incluso hemos pasado por unas elecciones donde aun no sabemos en que nos ha beneficiado. Pero tampoco debemos ser impacientes, porque somos un club que no se puede dejar llevar por el momento, porque puede provocar que creamos tener una solución y se convierta en un problema, porque el club también es humano y porque la euforia y la depresión no son buenas consejeras.
Es muy fácil prometer un futuro mejor, algo indemostrable en el presente. Y es aun más fácil cuando el momento es malo, pues parece que no puede ser peor. Porque junto a la paciencia siempre existe una promesa de una mejora. Mal momento para prometer, porque ya nos han demostrado que las promesas no valen nada. Y si esta promesa tampoco vale, no vale la paciencia.
El club nos pide que seamos pacientes, pero el único paciente que existe aquí es el propio club. Hay que curarle.
4 Comentarios
Muy bueno.
El caso es que la paciencia sí que tiene un límite: aproximadamente mayo-2007. El socio votó a Capello, lo que significa una apuesta por títulos a corto plazo costase lo que costase. Si en mayo no hay títulos, lo lógico será que la paciencia se acabe.
muy buen analisis del Real Madrid. De acuerdo en casi todo lo que dices. La paciencia, tal y como dice pululante, se agotara al final de temporada. aunk allgunas personas ya estan perdiendo la paciencia...
SALU2 A TODOS
Hombre, paciencia hay que tener, siempre que se vean cosas que haga tenerla. Dependerá en parte de si jugamos como el día del derbi o como contra el Dinamo de Kiev.
De todos modos, recuerdo que solo unos 8000 socios votaron por Capello, que son una parte muy pequeña de la masa social blanca.
Saludos
Casi de acuerdo en lo que dices, pero el análisis merece la pena. Te espero en mi Blog pablo y a todos ok?..
SALUDOS
Publicar un comentario
<< Home